julio 20, 2024

Por nuevo levantamiento y nueva dirección de masas

Se ha cumplido un año siete meses desde que las masacres de Andahuaylas y Huamanga inauguraron la dictadura fujimorista de Boluarte con la mayoría ultraderechista del Congreso. Desde entonces la economía popular se ha continuado desmoronando, la miseria sigue extendiéndose, así mismo la delincuencia en los distritos masivos, la impunidad para las mafias de las estructuras política y judicial…

Simultáneamente, como en un universo paralelo, Boluarte acudía a Beijing acompañada de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), la Asociación de Exportadores (ADEX) y las Cámaras de Comercio, pactando con Xi Jinping la sujeción del régimen y de la burguesía industrial y mercantil, ahora no solo a los imperialismos occidentales, sino al imperialismo chino, que estrena este año un megapuerto de nivel continental en Chancay.

Las movilizaciones y huelgas indefinidas localizadas por servicios básicos y pliegos laborales han venido ocurriendo desde asentamientos humanos, sindicatos obreros, campesinado, comunidades amazónicas, etc., sin que haya una perspectiva unitaria de reconstitución del movimiento de masas frente al régimen. Es el producto de una histórica nula voluntad de la burocracia de la CGTP por forjar poder clasista, sumada a su aguda decrepitud orgánica, flagrantemente demostradas durante el levantamiento popular de diciembre 2022 a marzo 2023. Ahora esta misma cúpula disociada de los genuinos intereses del pueblo trabajador, convoca para hoy un hipotético Paro Nacional, sin exagerar otro más entre aquellos fracasados Paros del 2015, 2018 o 2019, de lamentable recordación. En concreto, esa dirigencia es firme enemiga del tenaz esfuerzo por robustecer los comités de lucha, asambleas populares, frentes de defensa y en general todo organismo de autoorganización de base que pueda desarrollar combatividad, mucho peor aún si no detentan control alguno sobre él. Esta es, sin embargo, la ruta de lucha consecuente capaz de levantar una Asamblea Popular Nacional ligada al objetivo de una Huelga General Indefinida para derribar a la dictadura. En ese combate la propia vanguardia proletaria podrá ir generando una nueva dirección anticapitalista.

El anuncio de presentación del Paro de la CGTP ha contado entre sus protagonistas con Alejandro Salas, exministro del gobierno neoliberal de Castillo, ahora vocero nacional de Perú Primero, movimiento político del reaccionario y corrupto expresidente Vizcarra, entre otras muchas cosas responsable de más de 100,000 muertes por Covid 19 a lo largo del año 2020. Esta clase de traiciones no sorprenden ya en absoluto de la casta burocrática de la CGTP, sucesivamente favorable a los gobiernos de Toledo, Humala, Kuczynski, Vizcarra y Sagasti, expresiones de la clase dominante pro-imperialista, a la cual también representó fielmente Castillo desde julio del 2021. ¿A qué intereses políticos corresponde el servilismo de la CGTP? Como nadie ignora, la CGTP permanece por más de cinco décadas bajo secuestro de dos aparatos del oportunismo electorero, PC y Patria Roja, actualmente a la cabeza, en sociedad con el Nuevo Perú pequeñoburgués, de la llamada Coordinadora de Organizaciones de Izquierda y Progresistas (COIP), que agrupa a la mayor parte de la seudo-izquierda liberal castillista del período.

¡Hacia un nuevo levantamiento de masas que acabe con la dictadura ultraderechista Boluarte-Congreso! ¡Por un Gobierno Obrero y Popular, Por un Estado de los Trabajadores!

19.07.24

Revolución Permanente



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