febrero 16, 2019

Poder Obrero y Popular, No Izquierda Pro-Capitalista


Nunca un “sistema democrático con justicia social” ha emergido de alguna Constitución capitalista en la historia. En principio porque un orden socio-político no procede de un texto sino de la existencia de una clase social en el poder y de sus regímenes. Luego porque ese documento capitalista oficial nunca expresará más que el Estado anti-democrático vigente y la falsa democracia burguesa opuesta a la justicia social, auto-calificada como “sistema democrático”. 

Por eso, vincular esta ficción “democrática” de “Nueva Constitución” con cualquier suerte de “poder popular” es una llana estafa, como proceden al designarla “refundación republicana” los convocantes de un burocrático y presunto “Encuentro Nacional de los Pueblos” para el 16 de febrero. Convocantes que, además, alaban el Referéndum farsa de un gobierno reaccionario que ellos mismos apoyaron desde el 2016: la burocracia sindical y política de la CGTP, CUT, PC y Patria Roja, los grupos burgueses de Yehude Simon y Salomón Lerner, el Nuevo Perú pequeñoburgués, entre otros.

Ese llamamiento está hecho a las “fuerzas populares, patrióticas y progresistas”, reflejando el sometimiento del movimiento obrero y popular a los partidos de la clase dominante y la clase media, revestidos de seudo-antiimperialismo y seudo-progresismo. Justamente lo que el pueblo ha comprobado a lo largo de casi treinta años, demostrado al extremo con el vasallaje de la izquierda hacia Fujimori, Toledo, Humala, PPK y Vizcarra. Esta es pues la impostora “izquierda anti-neoliberal”, siempre haciendo campaña por candidatos neoliberales e incluso aprobando ella misma programas neoliberales.

¿No ha sido toda la izquierda quien defiende la “Economía de Mercado”, “Garantías para los inversionistas”, “Alianza con el sector privado” y “los industriales”? Todo eso y más fue llamado “Estado Democrático y Soberano” por los Acuerdos del 2015 entre los hoy denominados Juntos por el Perú, Frente Amplio, Nuevo Perú y Perú Libre. ¿Por qué entonces sorprendería que el evento izquierdista del mes pasado asuma aquel falaz “nuevo modelo” en alianza con “sectores productivos” de la “ciudadanía”, buscando la “unidad nacional más amplia posible”, como firmaron NP, PL, PC, MAS, Firme y Mi Región, en una indiscutible voluntad de alcanzar el gobierno con la clase dominante el 2021?

La Izquierda del Sistema se declara “progresista” sin representar ningún progreso social ni político para el pueblo, pues todo progreso histórico reside en luchar por reemplazar el Estado Capitalista por un Estado de los Trabajadores que construya una economía socialista. Ese progresismo es, en cambio, enemigo de cualquier nacionalización de las riquezas en manos del pueblo trabajador, es opuesto a levantar el poder de los explotados en todo el país mediante una auténtica Asamblea Popular Nacional que proyecte derribar al gobierno opresor y reemplazar al detestado Congreso de la burguesía. 

Los marxistas bregamos por la Revolución Socialista y jamás por gobiernos privatistas que administren algún capitalismo neoliberal supuestamente “más humano”, como proclama el progresismo. Los trabajadores no pueden esperar absolutamente nada socialista de sujetos burgueses como el masacrador Simon y el magnate Lerner, de los aparatos social-liberales como el PC y Patria Roja, los acólitos de Villarán, los neo-derechistas Mendoza y Cerrón sirviendo a PPK o Belmont, la traición de Santos apoyando a la heredera del potentado Capuñay. ¡Basta de humalismo reciclado progresista!


Rechazar todo falso “Estado Democrático” capitalista.

Ninguna nueva Constitución capitalista.

Organizar un partido obrero revolucionario.

Preparar una Huelga General Indefinida.

Por un Gobierno Obrero, Campesino y Popular.


15 de febrero del 2019

Revolución Permanente