diciembre 15, 2023

Reforjar el movimiento de masas y construir su poder

Una nueva dictadura fujimorista quedó instaurada mediante las masacres de Andahuaylas y Huamanga, perpetradas un año atrás por el régimen congresal de mayoría ultraderechista que garantizó a Boluarte y Otárola como emisarios oficiales de la burguesía en su conjunto. 49 activistas mártires fueron ejecutados por las FFAA y la Policía, pero otras dos decenas de muertes producidas y miles de heridos también se cuentan en su saldo. De tal forma, el verdadero poder político ha correspondido desde entonces a la mafia encabezada por Keiko Fujimori y sus cómplices. El levantamiento popular de diciembre 2022 a marzo de este año, contra el Congreso y su Gobierno, quedó así debilitado y en declive, cesó la situación revolucionaria generada en el Sur, retrocedió la organicidad del movimiento, la situación general se mantiene incierta.

Días atrás, el proletariado agroindustrial de Barrio Chino, provincia de Ica, ha vuelto a protagonizar una semana de bloqueos y enfrentamientos en la Panamericana, con un costo de arrestados y heridos por docenas. Su lucha lo confirma como el auténtico destacamento de vanguardia obrera, no solo frente a la patronal agroexportadora sino a toda la plutocracia peruana y su régimen, un ejemplo para la clase entera y el pueblo trabajador. 1500 policías han sido enviados a la zona: muy urgente es una activa solidaridad clasista con Barrio Chino, emulando sus métodos de organización y combate.

Durante el levantamiento quedó en evidencia un colapso de la anquilosada estructura burocrática sindical y popular a nivel del Sur y del país, rebasada otra vez más por los sectores combativos urbanos y rurales. La dirección izquierdista-liberal de la CGTP (PC, Patria Roja) y sus aparatos regionales anexos, fueron nuevamente incapaces de conducir a las masas sublevadas a la contienda estratégica, pues es imposible que dichas burocracias con más de medio siglo de postración ante la clase dominante conserven algún interés en derribarla; sus vínculos socio-económicos y políticos con el poder del enemigo son indiscutibles. Esa misma burocracia monitoreó luego la conformación de la Coordinadora Nacional Unitaria de Lucha (CNUL), incluso con la participación de sectores de bases autónomas, pero, por supuesto, bajo su férula no servirá para forjar el enorme movimiento de masas, representativo y frontal, que genere un poder clasista contra el poder burgués. Comités unitarios de lucha, asambleas populares, frentes de defensa, columnas de autodefensa, necesitan ser forjados o reconstituidos en la perspectiva de una Asamblea Popular Nacional que represente a todos los oprimidos para disputarle el poder a los explotadores. Una dirección consecuente generada en su interior señalaría un nuevo cauce revolucionario, reemplazando al actual régimen por un Gobierno Obrero, Campesino y Popular. ¡Huelga General Indefinida para acabar con la dictadura fujimorista del Congreso ultraderechista!

15.12.23

Revolución Permanente