Con la decepción y el rechazo desarticulando al
gobierno de Humala, volvemos a evocar los gobiernos de Toledo y el Apra. En
ambos casos el movimiento de los trabajadores enfiló contra esas
administraciones del Estado de la clase dominante, poniéndolas contra las
cuerdas y demostrando que la movilización de las masas impulsa un poder
alternativo al poder de los opresores. Tanto uno como el otro fueron repudiados
por la población, reducidos a índices de aprobación irrisorios, y solo
concluyeron su período gracias a la conocida voluntad de la
dirección política de nuestro movimiento, que siempre se niega a barrer con los
gobiernos anti-populares porque está especulando con sus propias postulaciones
parlamentarias y municipales.
Esta vez ocurre exactamente lo mismo. Como Toledo y
Fujimori en décadas pasadas, la campaña de Humala fue apoyada por las
dirigencias de la Izquierda reformista, con el agravante del respaldo oficial
de la CGTP a Gana Perú, pese a su programa neoliberal expresado en el
“Compromiso de Ollanta Humala con el pueblo peruano” (marzo 2011) y la llamada
“Hoja de Ruta” (mayo 2011). Luego Humala ha gobernado desde un inicio con la
guía de la Confiep y un pacto tácito con todos los partidos reaccionarios, pero
lejos de rectificar completamente esa línea de subordinación a la burguesía, la
dirección de la CGTP (PC y Patria Roja) y el Frente Amplio de Izquierda están
comprometidos en salvaguardar a este gobierno reaccionario hasta las elecciones
del 2016. No podría ser de otra manera, cuando el mismo Frente Amplio está
integrado por grupos burgueses como Ciudadanos por el Cambio (Lerner Ghitis) o
Fuerza Social (Villarán).
Esa es la razón por la que a todos los gremios y
frentes de defensa en huelga la burocracia de la CGTP los abandona sin
solidaridad ni perspectiva unitaria. Porque la unidad de las huelgas
indefinidas aisladas debería conducir lógicamente a la convocatoria de una
Huelga General Indefinida que arranque al gobierno conquistas fundamentales
para la clase obrera y el pueblo, pero eso significaría contar con una
dirección clasista y la actual es una dirección claudicante y pro-sistema.
Por un gran organismo de poder proletario
Este Paro Nacional de un día está convocado por el
Comité Nacional Unitario de Lucha. El CNUL reivindica ser la convergencia de la
CGTP, CUT, Frentes Regionales, Femucarinap, FEP, Organizaciones estudiantiles y
juveniles, Rondas Campesinas, Coordinadora del Vaso de Leche Metropolitana,
Movimiento Sin Techo, Trabajadores de transporte público y carga, Coordinadora
Nacional de Derechos Humanos y organismos políticos como el FAI. La medida establecida
por la cúpula sindical, tremendamente limitada y pensada solo como válvula de
escape para la indignación popular, se inscribe en la concepción burocrática de
aparentar combatividad, proteger al gobierno de turno y garantizar la
gobernabilidad burguesa. De lo contrario la CGTP y el CNUL organizarían una
Huelga General Indefinida. Los trabajadores, sin embargo, saldrán ese día a las
calles con el mismo espíritu de lucha por todos conocido.
El CNUL es, por otro lado, un organismo progresivo
para el movimiento obrero y popular. Aunque esté lejos de representar al
movimiento en su totalidad y funcione bajo la férula de la alta casta
inamovible de la CGTP y la CUT, abre la probabilidad de una auténtica dirección
del proletariado peruano. Pero esta dirección solo será posible si el CNUL se
convierte en un producto de la democracia proletaria. Si esa dirección es el
resultado de un organismo que realmente aglutine a todos los organismos
populares vivos en todas las regiones y si esa dirección es elegida mediante
los mayores procedimientos democráticos desde las bases. Y ese órgano de poder puede
y debería ser una Asamblea Popular
Nacional, que el CNUL tiene la capacidad y la obligación de convocar. De
otro modo se estará repitiendo la historia del movimiento de masas peruano, constreñido
y esterilizado por la burocracia reformista, como el actual ejemplo de los Encuentros
Nacionales de Frentes Regionales y otras organizaciones.
Esa misma burocracia se reúne periódicamente en estos
Encuentros, donde los sectores controlados tanto por el PC como por Patria Roja
pactan siempre la misma línea oportunista hacia la burguesía y su gobierno, tal
ha sucedido en el XVI Encuentro de este mes. Para sintetizarlo diremos que el
Encuentro fue convocado con el fin de plantear un “dialogo alturado, democrático y directo” con el gobierno,
pretendiendo que “cumpla sus promesas”,
como si Humala no hubiera prometido un gobierno neoliberal por el que la misma Izquierda
llamó a votar. Sin embargo se proclama: “No
al continuismo neoliberal” y “Por una
salida democrática, patriótica, descentralista, desarrollo con justicia social,
regeneración moral del país”; línea que defienden desde los años de la
dictadura y cuyas abstracciones no quieren decir más que la búsqueda de un
gobierno capitalista keynesiano para perpetuar el Estado seudo-democrático de
la clase opresora. La propia “Defensa de
la soberanía” que se plantea carece de todo sentido si no significa la
nacionalización sin pago de todas las empresas imperialistas y del gran capital
del país; pero sí encontraremos entre sus consignas el apoyo a los proyectos de
cooperación inter-burguesa en América Latina, como “UNASUR, CELAC, CAN y ALBA”. Discurso demo-liberal pero no lucha
por un poder proletario, ideología liberal pero no socialista revolucionaria,
es todo lo que las cúpulas reformistas pueden ofrecerle a los trabajadores.
Así, al día de hoy, incluso reuniendo un amplio espectro
de dirigentes de organizaciones populares, los Encuentros de Frentes Regionales
no son, ni por su estructura ni por su programa, el organismo obrero y popular
representativo y clasista que el movimiento de masas necesita en el Perú. Solo
un organismo como la Asamblea Popular Nacional, donde sus delegados sean
elegidos y revocables en cualquier momento en asambleas democráticas de bases, puede
reclamar para sí la representatividad real del pueblo.
Con una Plataforma clasista
Al hilo de esa línea reformista, las reivindicaciones
oficiales de este Paro son todas defensivas, como la derogatoria de las peores
leyes con que Humala y otros gobiernos han perjudicado a los explotados. Pero
los revolucionarios nunca podemos pretender únicamente regresar a una ya nefasta
situación anterior; siempre tendremos una Plataforma anti-capitalista que levantar:
1. Fin de la política privatizadora: Ninguna concesión
más.
2. Nacionalización sin pago de las transnacionales y
la gran empresa, bajo control de sus trabajadores.
3. Estatización de todo el comercio exterior del país.
4. Control directo de todas las empresas estatales por
sus trabajadores.
5. Anulación de los Tratados de Libre Comercio.
6. Salud y educación públicas, gratuitas y de calidad,
bajo control de las organizaciones populares.
7. Salario que cubra la canasta familiar.
8. Completa estabilidad laboral. Nombramiento de todos
los contratados.
9. Desaparición de los services.
10. Plan general de obras públicas para un pleno
empleo de calidad.
11. Gas, combustibles y servicios públicos a precios
populares.
12. Acceso universal a la vivienda.
13. Tierra y financiamiento para el campesinado.
14. Desconocimiento de la Deuda Externa.
15. Ruptura con los gobiernos imperialistas, con el
FMI, el Banco Mundial, el BID, la OMC, la APEC.
La lucha por crear un gran organismo de poder
proletario no tendría futuro si no luchamos por construir la vanguardia
política de los trabajadores: un partido
obrero revolucionario que pueda liderar una insurrección de masas. Este es
el objetivo estratégico central para los luchadores marxistas y el único que
puede garantizar en cierto plazo la derrota definitiva de la burguesía. La
burocracia oportunista no lo creará, pero sí le exigimos: ¡Completa ruptura de
la CGTP y el CNUL con el gobierno y los partidos burgueses! ¡Convocar una Huelga General Indefinida!
Este gobierno, con el apoyo de todos los partidos
reaccionarios del Congreso, ha asesinado a decenas de activistas populares:
¡Alto a la represión! ¡Comités de Autodefensa en todas las movilizaciones!. El
Congreso y el Poder Judicial son permanentemente repudiados por la población:
¡Fuera el Congreso y el Poder Judicial! ¡Asamblea Popular Nacional y Tribunales
Populares!. El Ministro de Economía no es más que un esbirro: ¡Contra el
Gobierno en pleno, por la expropiación de las transnacionales y la
socialización de la economía: luchar por un Gobierno Obrero, Campesino y Popular!
Setiembre 20 de 2013
REVOLUCIÓN PERMANENTE
(Publicado también como Editorial de Revolución Socialista # 9 - Setiembre 2013)
(Publicado también como Editorial de Revolución Socialista # 9 - Setiembre 2013)
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