Con ese hito se reconquistó la unidad sindical por la que bregaron generaciones de proletarios combativos. Sin embargo, en medio siglo, la dirección política de la Central empujó a los trabajadores al apoyo a los candidatos plutocráticos: Belaúnde, Fujimori, Toledo, Humala, PPK; sostuvo al Apra a mediados de los 80 y planeó una candidatura conjunta en los años 90; rechazó derribar a todos los gobiernos anti-populares y ha renunciado a la lucha contra ellos durante esta década. Todo eso solo tiene un nombre: Traición.
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