Firmemente anti-popular y muy
desprestigiado, el gobierno del Partido Nacionalista le sigue los pasos a sus
predecesores de Perú Posible y el Apra, languideciendo sostenido por toda la clase
dominante pero también por las dirigencias de la CGTP y la CUT, que desertaron hace
tiempo de su responsabilidad con el movimiento obrero y popular.
Mientras tanto, los sectores más
combativos son un ejemplo en la actual situación adversa de desmovilización. Tanto
sindicatos de empresa como algunas provincias enfrentadas a las transnacionales
y al gobierno central, se han lanzado a la lucha mediante el método clasista de
la huelga indefinida. El proletariado más activo se está movilizando con la Red Solidaria de Trabajadores y en días
pasados la provincia de Islay retomó su enfrentamiento contra la Southern
imperialista china, tal como en su momento salieron al combate los pueblos de Andahuaylas,
Pichanaki o antes La Convención. El 18 de mayo se iniciará la huelga indefinida
de la Federación Minera.
La agresividad de la burguesía en el
plano laboral y la agresividad política de su Gobierno y su Congreso son
descarnadas. Pero ante ello las bases trabajadoras solo debemos confiar en
nuestra propia capacidad de movilización, sin esperar nada de las altas
instancias de las Centrales sindicales, debido a la crisis de principios
clasistas, de voluntad de lucha y de capacidad organizativa que padecen esas dirigencias.
Lejos de buscar la reconquista de derechos conculcados, el logro de otros nuevos
y el fortalecimiento de las filas proletarias para alcanzar conquistas
históricas, la burocracia de la CGTP solo busca sobrevivir para continuar
dominando a los trabajadores, funcionando como agentes de la burguesía al
interior del movimiento sindical.
Clasismo
y democracia sindical
La VIII Asamblea Nacional de Delegados
de la CGTP (28 de febrero), se ha constituido en una nueva prueba de la
agudización de esta realidad. Frente a la crónica situación de las masas
trabajadoras, la cúpula de la Central únicamente atina a convocar al enésimo Paro Nacional de 1 día, buscando
descomprimir las exigencias de las bases y disfrazarse de consecuente, puesto que
ningún resultado importante y tangible se producirá. Así la burocracia no corre
los riesgos del proceso de organización y convocatoria a una Huelga General Indefinida por fundamentales
demandas programáticas, proceso en que esas bases podrían deshacerse de aquella
y gobernarse a sí mismas. Para marchar hacia la Huelga General habría que
convocar huelgas regionales y macroregionales anheladas por las masas, con
excelentes posibilidades de victoria, y eso significa asediar al Estado
capitalista para plantear su reemplazo por un Estado de los Trabajadores, algo
que choca con la defensa consciente que la burocracia sindical hace del actual Estado
Burgués.
Al enterrar toda vía semejante, ya ni se
reanima el Comité Nacional Unitario de Lucha que había convocado el Paro del
2013, con participación de otras organizaciones populares. Por ello la tarea de
luchar por la perspectiva de una Huelga General Indefinida corresponde ahora
básicamente a los destacamentos proletarios de vanguardia, hoy expresados en la
Red Solidaria. La dirección de la CGTP tiene por su parte el deber de convocar
asambleas de bases a nivel nacional, que se conviertan en ejes de las asambleas populares que el pueblo
trabajador necesita en cada localidad del país para crear su poder.
Pero la AND de febrero ha tenido también
un rasgo más funesto. La burocracia le ha dado una nueva vuelta de tuerca al
régimen antidemocrático interno de la Central. Bajo pretexto de responder a los
emplazamientos del abogado laboralista Rendón Vásquez, la Asamblea, manipulada
totalitariamente, ha aprobado una moción calificando de “enemigo” a todo sector
que se exprese críticamente, amenazándolo con la violencia.
Rendón Vásquez ha explicado con toda
claridad que la dirigencia de la CGTP ha coincidido integralmente, durante
años, con el proyecto de Ley General del Trabajo hoy promovido por el
Congresista Dammert, de la bancada Acción Popular-Frente Amplio. Ese proyecto
ataca los intereses de los trabajadores al consagrar la actual situación
laboral y es, claro está, un texto neoliberal. Frente a esto el único argumento
de la burocracia ha sido la negación deshonesta y la difamación, por lo que Jorge
Rendón tiene nuestra solidaridad.
De igual manera nos solidarizamos con el
único grupo crítico mencionado explícitamente en la bochornosa moción: el
Partido Socialista de los Trabajadores. Consideramos al PST morenista una
organización conciliadora, centrista, lo que, como es lógico, forma parte del
debate al interior del movimiento de los trabajadores. Porque la
caracterización de una línea jamás puede ser pretexto para cualquier tipo de
agresión gratuita, mucho menos proviniendo de una camarilla dominante como son
los mandos políticos del PC y Patria Roja en la CGTP, falsos partidos
comunistas que hace casi cincuenta años mantienen secuestrada la dirección de
la Central. Quienes somos los adversarios principistas de la burocracia desde
el terreno del marxismo, denunciamos esa conducta reaccionaria y le endosamos
toda actual y futura responsabilidad.
Clasismo
y oportunismo electorero
Los trabajadores necesitamos de lucha
clasista de masas y de independencia política proletaria. Sin ellas no habrá
recuperación de derechos y libertades, no habrá victorias frente las
transnacionales imperialistas y el gran capital, no habrá un futuro Estado sin
explotadores ni explotados. Sin organización popular, creación de nuestros
propios órganos de poder y construcción de un gran partido obrero
revolucionario, no podremos conquistar esta plataforma:
1. Fin de la política privatizadora:
Ningún concesionamiento más.
2. Salud y educación públicas, gratuitas
y de calidad, bajo control de las organizaciones populares.
3. Salario mínimo de S/. 2000.
4. Único Régimen Laboral con plenos
derechos sindicales y completa estabilidad laboral. Nombramiento de todos los
contratados. Respeto irrestricto a la jornada de 8 horas.
5. Desaparición de los services.
6. Plan general de obras públicas para
un pleno empleo de calidad.
7. Gas, combustibles y servicios
públicos a precios populares.
8. Acceso universal a la vivienda.
9. Tierra y financiamiento para el
campesinado.
10. Nacionalización sin pago de las
transnacionales y la gran empresa, bajo control de sus trabajadores.
11. Control directo de todas las
empresas estatales por sus trabajadores.
12. Estatización de todo el comercio
exterior del país.
13. Anulación de los Tratados de Libre
Comercio.
14. Desconocimiento de la Deuda Externa.
15. Ruptura con los gobiernos
imperialistas, con el FMI, el Banco Mundial, el BID, la OMC, la APEC.
No obstante, la burocracia que ha
obedecido y adulado a la burguesía durante decenios, que apoyó a Fujimori en
1990, a Pérez de Cuellar en 1995, a Toledo el 2000 y 2001, y a Humala y
Villarán el 2006, 2010, 2011 y 2013, se opone activamente y más bien se prepara
desde ya para llevar a la CGTP y a los trabajadores a una nueva traición. Bajo la
escandalosa falacia de estar contra el “continuismo neoliberal”, el reformismo
estalinista del PC y Patria Roja se ha convertido ahora en pro-neoliberal
descarado, primero el año pasado en su alianza municipal con el toledismo
Ecoteva y el gobierno, y hoy tras Yehude Simon el alanista, amanuense del
plutócrata PPK y paladín de la masacre del pueblo indígena de Bagua. Esta es,
compañeros, la Izquierda Reaccionaria que los trabajadores debemos enviar a un auténtico
vertedero de residuos de la historia política de clase, luchando por una
plataforma anti-capitalista y un poder obrero y popular.
¡Desburocratización de la CGTP y la CUT
para unificarlas en una sola Central clasista de masas!
¡Asambleas obreras de bases y asambleas
populares para una Asamblea Popular Nacional!
¡Por la organización de una Huelga
General Indefinida!
6 de abril de 2015
Revolución
Permanente
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