La crisis económica y financiera
de 2008-2009 fue superada temporalmente a escala mundial debido a los obsequios
de los estados capitalistas a sus grupos bancarios y automotrices. Pero estos
paliativos preparan nuevas crisis mundiales. En los Estados Unidos y China el
crecimiento se desacelera. En Japón y Europa la recesión continúa. Algunos
países europeos (Portugal, España, Grecia...) continúan en colapso.
La supervivencia del capitalismo
condujo a la peor regresión social. Para preservar sus ganancias cada burguesía
ataca a los trabajadores, a los jóvenes, a los extranjeros... El proceso no
tiene fin: en feroz competencia entre sí, cada paso adelante de una burguesía
en contra de los trabajadores debe ser inmediatamente igualado y superado por
otras.
La supervivencia del capitalismo
está agravando las desigualdades y el derroche hasta el absurdo; de un lado hay
carencia de todo, de otro se producen demasiadas mercancías con desprecio por
hombres y recursos.
La supervivencia del capitalismo
es la carrera armamentista, las tensiones en el este de Asia, es la
intervención militar de las potencias imperialistas para proteger sus intereses
en África y otros lugares. El estado sionista continúa la colonización de
Jerusalén Este y Cisjordania, ahogando la economía de los territorios con la
ayuda del gobierno islamista egipcio; ataca Gaza cuando quiere. El Ejército
israelí está incluso amenazando con atacar Irán con la bendición del Partido
Demócrata en los Estados Unidos, en el poder, que los socialdemócratas y los
restos del estalinismo hacen pasar por progresista.
La supervivencia del capitalismo
está exacerbando el nacionalismo y la xenofobia, el resurgimiento de los
partidos fascistizantes y fascistas, los partidos clericales que azuzan a los
trabajadores entre sí para proteger a los ricos y a los explotadores. En
Grecia, la Golden Dawn fascista, financiada por los capitalistas y con ayuda de
la policía, ataca físicamente a los trabajadores inmigrantes que sirven de chivos
expiatorios.
En todas partes, los
trabajadores, los jóvenes, las mujeres, tratan de resistir, pero la lucha se ve
dificultada por las traiciones de los dirigentes sindicales y de los partidos
"reformistas". Donde existen partidos "laboristas", "socialistas"
o "comunistas", hacen creer que las elecciones serán suficientes para
mejorar el capitalismo. Cuando llegan al poder, continúan la misma política -
tanto en casa como en el extranjero - que los partidos burgueses. El gobierno
ANC-Partido Comunista en África del Sur disparó contra los mineros en huelga.
El gobierno Partido Socialista-Partido Radical-Verdes hizo la guerra
imperialista en Malí (y el PCF y el PdG no votaron en contra).
En China, el PCCh no es más que
el envoltorio de los capitalistas luego que el capitalismo fue restaurado por
la burocracia estalinista. El gobierno del Partido "Comunista" chino
está intentando contener a través de los «sindicatos» y la represión policial,
al gigantesco proletariado que ya comenzó a luchar para limitar la explotación
despiadada y, de esta manera, la propia amenaza totalitaria misma.
A nivel mundial, las burocracias
sindicales, en nombre del interés nacional, están de acuerdo en negociar acerca los ataques patronales y los gobiernos a su
servicio. Cuando las relaciones sociales se tensan, ellos canalizan el
descontento en una "jornada de acción" y "huelgas
renovables" empresa por empresa, para evitar una huelga general que
desataría la fuerza del proletariado contra los patronos y el Estado burgués.
En Grecia hay que añadir la división frenética de filas de los trabajadores por
el partido estalinista KKE y el sindicato PAME.
El resurgimiento del nacionalismo
burgués en América Latina, en ninguna parte, incluyendo Venezuela y Bolivia, en
realidad rompió con el imperialismo, y mucho menos ha tocado la propiedad de
los capitalistas locales y terratenientes. En África del Norte y Oriente Medio
los trabajadores y los jóvenes se alzan contra el desempleo, la corrupción, la
represión policial y la sumisión a las potencias imperialistas, tanto de los
regímenes salidos del panarabismo burgués como de las monarquías clericales. En
Túnez y Egipto las masas fueron capaces de derribar a las dictaduras. Pero están
enfrentados a los partidos islamistas que defienden la propiedad privada
apoyándose en el ejército y la policía. Si los imperialismos
ruso y chino siempre defienden al sangriento régimen Baaz, los imperialismos
norteamericano y europeo dependen de los islamistas en Siria y Túnez, Egipto y
Libia, para aplastar la revolución social.
Las luchas espontáneas muestran
la dirección correcta, pero no pueden por sí solas asegurar el derrocamiento
del capitalismo y abrir la perspectiva del socialismo mundial. Se necesitan
partidos realmente comunistas, internacionalistas, unidos en una Internacional
obrera revolucionaria. Estos partidos deben basarse en un programa de
independencia de la clase obrera en relación con las otras clases de la
sociedad, en la lucha contra la clase capitalista y en la alianza con el
campesinado y la juventud estudiantil.
¡Proletarios de todos los países,
uníos por los consejos obreros y populares, por los gobiernos obreros basados
en los consejos, por la revolución socialista, por la destrucción del Estado
burgués, por la expropiación de los grupos capitalistas y grandes
terratenientes!
1 de mayo 2013
Colectivo
Revolución Permanente
(Francia, Austria, Perú)
http://www.revolucionpermanente.com
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