Un
estado maliense decadente, un gobierno impotente
El presidente Amadou Toumani Touré, corrupto y
especulador, fue derrocado el 22 de marzo de 2012 por un golpe de suboficiales
apoyados por soldados del Ejército derrotado en el Norte. El golpe mismo se produjo mientras una amplia
movilización de las mujeres de los soldados y de trabajadores de Bamako se manifestaba
contra el poder. Un gobierno
provisional, laboriosamente reconstituido a continuación bajo los auspicios de
los gobiernos de África Occidental
agrupados en la CEDEAO, con el imperialismo francés como padrino, se reveló
incapaz de poner fin al avance de los islamistas en el Norte y nunca ha
encontrado legitimidad política ante las masas.
Con la dislocación del Ejército, el cuerpo de funcionarios
desacreditados, el refortalecimiento de la dictadura de ATT, y la masa de los
soldados, era todo el aparato del Estado el que se desmembraba.
Las
verdaderas razones de la intervención
del imperialismo francés
Desde hace meses, el imperialismo francés
trabaja para restaurar un orden compatible con la continuidad de los asuntos en
Malí. Han sido Hollande y su gobierno
quienes, después de haber jurado en Dakar en octubre pasado que "la Francáfrica se ha terminado",
defendieron y obtuvieron de la ONU una moción que autoriza una intervención
militar. Pero el gobierno pensaba poder
ahorrarse mayores gastos dejando a las fuerzas armadas de la CEDEAO, entrenadas
y ampliamente equipadas por él, actuar por su cuenta. La brutal agravación de la situación militar
forzó al marionetista a pasar al frente del escenario.
Como siempre, es con las plumas de la defensa
de la democracia que todos los imperialismos cubren sus operaciones. Ese fue el caso para justificar la guerra en
Irak, la guerra en Afganistán, en Libia, este es aún el caso hoy para Malí: "nuestra intervención no tiene otro
objetivo que la lucha contra el terrorismo", declara Hollande el 12 de
enero. Realmente, Malí, como Costa de
Marfil, donde el imperialismo francés también intervino en 2011, constituye una
pieza matriz de su dispositivo postcolonial en África. Cada posición está en juego en la lucha que
opone a los distintos imperialismos, en África como en cualquier parte, y es la
razón esencial que justifica la intervención francesa. Los recursos mineros de Malí, básicamente
situados al Norte y al Este: petróleo, gas, uranio, oro, fosfato, piedras
preciosas, aún ampliamente inexplotados, atizan las codicias de todos los
imperialismos.
¡Abajo
la unión nacional en torno a la intervención militar!
Todos los partidos burgueses (UMP, UDI, MoDem,
FN, PRG, EELV) apoyan la operación. "Era hora de actuar para obstaculizar
al establecimiento de un Estado narcoterrorista" declaró Copé,
mientras que para Fillon "la lucha contra el terrorismo exige la unidad de
la Nación más allá de las divisiones partidarias". Para el FN, "la intervención francesa en Malí, decidida este día por el
Presidente de la República, debe apoyarse en la medida en que nuestro país fue
llamado en su ayuda por el gobierno legítimo de Malí...".
Los partidos procedentes de la clase obrera
ligados a la defensa del capitalismo francés y sus posiciones en el mundo, los
partidarios del patriotismo económico, se niegan a condenar o lo apoyan
abiertamente. El PCF sostiene: "una intervención internacional era
urgente y necesaria". Se
preocupa por el Ejército francés: "La
intervención militar francesa implica grandes riesgos de guerra y
estancamiento..." y habría preferido permanecer en la versión inicial
del imperialismo francés, una intervención por intermediarios: "El
PCF recuerda que la respuesta a la solicitud de ayuda del Presidente de Malí
habría debido inscribirse en el marco de una misión de la ONU y la Unión
Africana, realizada bajo bandera de la ONU, por fuerzas malienses y africanas,
en estricto cumplimiento de la Carta de las Naciones Unidas..." El PdG no se opone tampoco al bandolerismo de
su burguesía: para Mélenchon, si "el
interés de una intervención militar exterior para solucionar el problema
planteado al norte de Malí es discutible", es la forma la que plantea
problema: "decidir solo, sin
consultar previamente ni al Gobierno ni al Parlamento, es condenable". Por el PS, Harlem Deseo declara: "Expreso nuestra solidaridad con el
pueblo maliense y nuestro apoyo más completo a nuestras fuerzas armadas".
Por la
movilización obrera contra la intervención militar
No hay solución para el pueblo de Malí con las
bandas islamistas o con el Ejército francés.
Ante la quiebra completa de la burguesía y el Ejército, vendidos al
imperialismo francés, las masas no pueden defender sus reivindicaciones
fundamentales y trazar un camino para el país más que organizándose y
armándose, para tomar ellas mismas el poder, constituir su Gobierno Obrero y
Campesino y abrir la vía de los Estados Unidos Socialistas de África. Hace falta en Malí un partido obrero
revolucionario que combata por estos objetivos.
En Francia, donde la clase obrera comprende
decenas de miles de trabajadores originarios de Malí, y cuya juventud incluye
numerosos alumnos de secundaria y estudiantes venidos de Malí o descendientes
de malienses, la primera solidaridad con los obreros y los campesinos malienses
es combatir a su propia burguesía rapaz, impedir por la acción de masas
(manifestaciones, huelgas, bloqueos de transportes, etc.) la intervención
militar de los mercenarios del imperialismo francés. Tal es la responsabilidad de las
organizaciones sindicales y de los partidos que se reclaman de los
trabajadores.
17 de enero, 2013
Colectivo
Revolución Permanente (Francia, Austria, Perú)
Comité
Comunista Internacionalista – Trotskista (Francia)
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