Como
lo veníamos planteando desde La Causa Obrera, el nuevo endeudamiento con el
FMI, era un hecho. Todo ese discurso que había que resistir el ajuste para que
llovieran las inversiones, se estrelló contra el suelo. Aumentaron las tarifas,
despidieron a miles de trabajadores estatales, se hicieron recortes en salud,
educación, obras de infraestructura, con el único objetivo de que ganen los
mismos grandes capitalistas de siempre, y eso va a ser así mientras gobiernen:
peronistas, liberales, radicales o militares.
Con
este nuevo acuerdo de alrededor de U$D 20.000 millones, junto con el aporte de
otros organismos de crédito internacionales, el gobierno dice que duplicará las
reservas brutas a U$D 50 000 millones. Sin dudas, sino hubiera sido por el
préstamo, Caputo terminaba en una corrida cambiaria, algo parecido a cuando fue
Ministro en el 2018. En aquellos años, el FMI había aprobado un préstamo de
57.000 millones de dólares al gobierno de Macri y donde la mayor parte de ese
préstamo, terminó financiando una fuga de capitales.
Se
calcula que, desde diciembre hasta el viernes 11 de abril, la sangría había
sido alrededor de U$D 8000 millones para cubrirle la retirada a los
especuladores financieros en el carry trade (bicicleta financiera), y el riesgo
país había alcanzado los 720 puntos, cuando en enero había sido de 560. Como el
riesgo país indica, a grandes rasgos, la disponibilidad del gran capital y el
imperialismo para invertir o no, en un determinado país, la subida en las
últimas semanas, expresaba la desconfianza con el gobierno. Por eso ya se sabía
que el acuerdo se realizaría si había una devaluación.
Mientras
se escatimaban recursos para cubrir los desastres generados por el cambio
climático en Bahía Blanca (donde hubo decenas de muertos confirmados) el
gobierno cubría la retirada de los grandes especuladores “amigotes” de Milei y
Caputo. Sin ir más lejos, el viernes 11, el Banco Central vendió U$D 400
millones, ya sabiendo que se venía la depreciación del peso, indicando que es
una nueva estafa, como la del criptogate-Libra. Es decir, que no solamente son
unos reaccionarios anti-obreros que gobiernan para el gran capital financiero e
imperialista, sino que son una manga de delincuentes que utilizan al Estado
como botín de guerra: Milei, Karina, Caputo, Bausili (presidente del Banco
Central), Sturzenegger, que se enriquecen a costa de los trabajadores, jubilados,
estudiantes y pobres del pueblo argentino.
El
gobierno pensaba que sus “héroes” los empresarios, lo iban a bancar para que
llegara tranquilo a las elecciones, pero la situación política internacional,
se hizo muy inestable luego de la asunción de Donald Trump. El nuevo gobierno
yanky ha decidido redoblar la apuesta en el enfrentamiento con el imperialismo
chino, por la hegemonía global. Es que, de alguna manera, el salvataje del FMI
también fue una especie de disciplinamiento, le tiraron de “las riendas” para
que no pretenda alejarse un milímetro de lo que quiere el imperialismo.
Ahora
se abre una nueva situación política y tal vez el gobierno encuentre un margen
hasta las elecciones, aunque no esta tan claro, por un lado, porque la
burguesía agraria no esta tan convencida de tener que vender a un dólar que no
le conviene, pero la amenaza de que el dólar pueda bajar y que le vuelva a
aumentar las retenciones en junio, los ponen en una encrucijada. Otro problema
para obtener reservas de dólares, es que ha bajado mucho el precio del petróleo
y eso complica la explotación de Vaca Muerta. Sin embargo, el gobierno puede
tener algún aire adicional, ya que luego de las medidas arancelarias de Trump,
los tenedores de deuda, vendieron los bonos del Tesoro y es probable que, a
diferencia de otras crisis, se produzca un mecanismo a la inversa donde, puedan
fluir esas inversiones hacia los países “emergentes” como Argentina.
Las
consecuencias de esta nueva entrega al imperialismo
En
marzo del 2025, se calculaba que la deuda pública había alcanzado el nuevo
récord de casi U$D 480.000 millones, y se seguirá agrandando con el nuevo
acuerdo con el FMI, es decir, que hipoteca el futuro de las próximas
generaciones de trabajadores. Es que la deuda es un componente estructural de
la economía de los países semi-coloniales como el nuestro, es un mecanismo por
el cual la economía de estos países, permanece atada a los designios del
imperialismo. Si bien los acuerdos de Bretton Woods al final de la 2da Guerra
Mundial, ya establecían este tipo de política para garantizar la subordinación
al imperialismo yanky, en Argentina esta sumisión, comenzó más claramente
durante la última dictadura militar. Tanto los que endeudaron al país como los
que pagaron (Néstor Kirchner) expresan dos caras de una misma moneda de entrega
al gran capital imperialista.
La
deuda nunca se termina de pagar, porque siempre lo que se paga son los
intereses, de intereses, por eso la única política posible es desconocerla
completamente. Pero esto, no lo puede hacer un gobierno de la burguesía
nacional, porque sus intereses están atados estructuralmente al imperialismo
como socias menores en la explotación de los oprimidos de los países
semi-coloniales -como quedó demostrado durante los primeros años del siglo XXI
con los gobiernos nacionales y populares de Chávez, Evo Morales, Lula,
Kirchner-. Es por eso que decimos que solamente un gobierno de los trabajadores
es el único capaz de romper las ataduras con el imperialismo.
El
FMI está prestando aún más dinero, violando sus propias normas, y esto puede
ser explicado, por la disputa a nivel global entre el imperialismo yanky y
chino. El gobierno de Milei es un ariete del imperialismo yanky, en una zona
estratégica del mundo, como ya lo había planteado la jefa del comando sur del
gobierno de Biden, la general Laura Richardson, Argentina es importante para el
imperialismo, porque “tiene 31% del agua dulce del mundo, cerca del 30% de las
tierras agrícolas de alto y mediano potencial y produce más del 50% de la soja
global” y tiene recursos minerales muy abundantes en la Cordillera de los
Andes, litio, cobre, oro, etc. Pero además el acuerdo implica una reforma
laboral y previsional que seguramente será implementada después de las
elecciones, y que, aunque todavía no se conocen los detalles, no cabe ninguna
duda que será una mayor profundización de la explotación a los trabajadores y
mayor pobreza estructural.
Solo
dos sectores económicos han prosperado bajo el gobierno de Milei: el financiero
y el minero. Estos generan pocos ingresos fiscales y emplean a relativamente
pocos trabajadores (se calcula un 4% del total). En cambio, los tres sectores
que representan casi la mitad de la fuerza de trabajo, la construcción, la
industria y el comercio, se encuentran en una profunda recesión. Por eso ya
casi sin pruritos el mismo Caputo habla de tomar como modelo la economía
peruana, un mero exportador de materias primas, es decir, un país que no tiene
inflación, pero prácticamente no hay industrias, casi sin educación ni salud
pública (para todas las clases sociales), con altos índices de informalidad
laboral y nulas tasas de sindicalización.
A
pesar de la CGT, el paro demostró creciente descontento con el gobierno
El
paro del 10 de abril fue importante, a pesar de que la burocracia sindical (muy
desprestigiada entre la clase obrera) no lo garantizó a fondo. Aunque se
cumplió sin entusiasmo, sin manifestaciones del activismo por la base. En las
movilizaciones que se hicieron no participaron sectores de trabajadores de
base, solo el aparato la burocracia sindical. Para colmo la UTA no paró, por lo
que facilitó el movimiento laboral de sectores cuentapropistas, de aquellos que
todavía esperan algo del gobierno, o simplemente, que no quieren perder el día
de salario y el premio en algunos casos.
Es
un paro que nunca buscó tener continuidad, todo lo contrario, la burocracia
sindical ha dejado pasar uno de los peores ataques a las condiciones de vida y
del salario a la clase trabajadora en las últimas décadas. En ese mismo tenor
ha actuado la oposición política patronal. Como ya lo venimos diciendo, si
Milei, ganó las elecciones fue porque el gobierno de Alberto y Cristina le
allanaron el camino y ahora siendo oposición le garantizan la gobernabilidad,
como lo dijo el mismo Máximo Kirchner en noviembre pasado: “el presidente Milei
tiene derecho constitucional a utilizar el veto” o CFK, al diputado José
Mayans, “que había que respetar al gobierno elegido democráticamente”. Evidentemente, la línea del peronismo, no es
tirar abajo a Milei mediante la movilización, sino sólo buscan condicionarlo
electoralmente, solo se limitan a cuidar sus cuotas de poder, pero dejan pasar
toda la política de ajuste. Basta ver las declaraciones de Juan Grabois que
dijo que los docentes y personal de salud que se tomaban licencias merecían ser
fusilados… ¡¡Y esa es el ala izquierda del peronismo!!! Pensar que varios de
los dirigentes del FIT-U se sacaron fotos con este reaccionario con sotana
amigo del Papa.
La
situación económica se hace intolerable para la clase obrera y el pueblo pobre.
A la inflación, que en marzo dio cerca del 4%, es decir que ya venía en alza,
se le suma esta nueva devaluación (en principio del %12) que ya se trasladó a
los precios principalmente a los alimentos y alquileres. Se calcula que el
salario tuvo una pérdida del poder de compra del 30% entre noviembre de 2023 y
febrero del 2025, es por eso que el consumo masivo cayó 5,4% interanual en
marzo y encadena 16 meses consecutivos a la baja. Es por eso que empieza a
haber una mayor predisposición a la lucha, como lo indican la movilización
espontánea del día 12 de marzo, junto con las del 1 de febrero (en contra del
ataque del gobierno a las disidencias sexuales) y la gran movilización del 24
de marzo, así como el importante paro del 10 de abril, para voltear a este gobierno
anti-obrero y lacayo del imperialismo.
Pero para eso NO va a alcanzar solo con la movilización callejera. Hay que organizar la bronca en las fábricas y otras estructuras laborales, los barrios obreros y populares, en los hospitales, facultades y colegios, una fuerza suficiente organizada desde las bases. A partir de la organización obrera y popular, a través de agrupaciones clasistas, asambleas de base y coordinadoras, comités de autodefensa, podremos preparar la huelga general para voltear a Milei, pero no para que vuelva el peronismo, sino para que gobernemos los trabajadores. Es decir, que instauremos un gobierno de trabajadores que expropie al gran capital y planifique la economía, y esto solo será posible si logramos construir un partido revolucionario. Para esa difícil pero necesaria tarea, militamos en La Causa Obrera y te invitamos a que seas parte.
24.04.25
Partido
de la Causa Obrera
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