julio 27, 2023

Derribar a la Dictadura forjando el poder clasista

Todo gobierno defensor del orden capitalista violenta, económica, política y físicamente a las clases explotadas. Así es como marcha al rumbo del repudio mayoritario. Respaldado, sin duda, por la burguesía a la que beneficia o al menos con su consentimiento financiero. Salvo si la clase burguesa desprecia a la nueva cúpula que la sirve. Entonces conspira para un golpe de estado, como ocurrió con la argolla neoliberal de Castillo, previo a que él mismo acabara convertido en golpista y diera lugar desde diciembre al actual régimen terrorista de Estado, basado en la mayoría ultraderechista del Congreso.

Las movilizaciones del 19 de julio han reactivado la lucha del pueblo trabajador contra la dictadura. El incendio de la comisaría de Juli, Chucuito, el 4 de marzo, supuso la última acción implacable del ciclo anterior. El levantamiento acontecido en el Sur entre enero y febrero ha representado un hecho histórico solo comparable a la combatividad del Paro Nacional del 19 de julio de 1977. Masas de trabajadores urbanos y rurales, juventud obrera, campesinado, trabajadores independientes, micro-comerciantes, golpeados por la miseria tras la pandemia, paralizaron, se movilizaron y se enfrentaron a la Policía y al Ejército en un tercio del país, de Ayacucho a Tacna, de Ica a Madre de Dios, como también en el Centro (Junín, Huancavelica, Huánuco…) y el Norte (La Libertad, Cajamarca, Loreto…). La clase dominante solo pudo frenar el movimiento a costa de 49 ejecutados, miles de heridos y detenidos.

Este combate ha expresado una notoria elevación de la conciencia en un sector popular muy importante de alcance nacional, traducido en las demandas “cierre del Congreso” y “renuncia de Dina Boluarte”, consignas que no por embrionarias pierden significación revolucionaria. Sin embargo, el movimiento de masas necesita imperiosamente asumir el “cierre del Congreso” como sustitución del poder legislativo burgués por un organismo que se desarrolle hacia un poder clasista: una Asamblea Popular Nacional basada en asambleas distritales, provinciales, regionales; asumiendo que el objetivo político de la insurgencia es derribar al gobierno del enemigo para instaurar un gobierno de los trabajadores y no únicamente exigir la voluntaria renuncia de la tirana Boluarte, canjeada así por su aliado Soto. La dirección de la CGTP y los políticos del “izquierdismo progresista” llaman, en cambio, “cierre del Congreso” al reemplazo del actual por uno nuevo tras elecciones anticipadas, porque solo anhelan ser una importante bancada y si es posible bancada de Gobierno, a través de una alianza electoral con partidos más derechistas. Pero el manido molde electoral de la seudo-democracia capitalista nunca ha significado posibilidad de liberación para los oprimidos.

Ninguna dictadura asesina cae exclusivamente mediante manifestaciones. Los trabajadores de la ciudad y el campo están impelidos a paralizar el país por medio de la Huelga General Indefinida, tomas de instalaciones, vías de comunicación, empresas, fábricas. Afrontarlo con los grandes escalones de la clase obrera minera, metalúrgica, agroindustrial, construcción civil, con el campesinado, los maestros, los estatales... Cuanto antes ingresan orgánicamente todos ellos al combate, antes se derrumban los regímenes oprobiosos. Cuanto más enérgica es la lucha, menores daños recibimos, cuanto menos pacifismo derrotista, más victorias. La clase obrera debe liderar una vez más la alianza obrero-campesina hasta alcanzar conquistas históricas.

La burocracia oportunista de la CGTP fue incapaz, a inicios de año, de impulsar la creación de una dirección unificada del levantamiento. Es el constante resultado de su política como izquierda del Sistema, un episodio más de su clásica bancarrota encabezando el movimiento de masas. Ahora bien, en este momento la Coordinadora Nacional Unitaria de Lucha (CNUL) tiene la oportunidad de agrupar a todas las expresiones de las organizaciones populares, asambleas, comités de lucha, frentes de defensa, etc., integrando comandos unificados por regiones, en una estructura que sea verdaderamente representativa y con funcionamiento democrático, para poder desarrollar órganos de poder clasista que rivalicen con el poder burgués. Frente único de todos los trabajadores, Autodefensa en las acciones de masas, Organismos de Poder Proletario, Huelga General Indefinida, son las consignas del camino anticapitalista.

¡Fuera la Dictadura, su Congreso fascistoide y su Poder Judicial!

¡Cárcel inmediata para los asesinos, los políticos, los mandos militares y policiales! ¡Tribunales populares!

¡Por un Gobierno Obrero, Campesino y Popular!

¡Por un partido obrero revolucionario en lucha por el poder!

27.07.23

Revolución Permanente