diciembre 12, 2022

Fuera el Congreso y Fuera Boluarte


Dos jóvenes tiroteados en Andahuaylas por la Policía ha sido el bautizo mortal del gobierno de Dina Boluarte en tan solo cuatro días. No ha tardado nada en asimilarse a cada uno de los presidentes sicarios que se han sucedido hasta hoy. Si Castillo apuntaló su gobierno, también neoliberal y represivo, con el simpatizante belaundista y ex colaborador del Fujimorato en la Universidad de San Marcos, Aníbal Torres, Boluarte ha decidido entregar el gabinete a Pedro Angulo, ultra-neoliberal vinculado a los círculos extremos de Kuczynski, cuya primera tarea será redoblar la represión a través de los estados de emergencia regionales declarados para el efecto, en colaboración con Alberto Otárola, ex ministro de Humala.

La dictadura pretendida por Castillo mediante su fallido Golpe del miércoles 7 hubiera constituido otro período de esta secuencia. Gasear, apalear, detener y matar es, para todo gobierno que administra un Estado Capitalista en beneficio de la burguesía, una necesidad imperiosa. “El Gobierno volverá a masacrar pues su auténtico bando es el militar-policial, la ultraderecha continuará forzando la senda golpista, el golpe reaccionario que tarde o temprano, de una u otra forma puede llegar si el mismo pueblo trabajador movilizado no consigue deshacerse de Castillo.” (Revolución Permanente, 24.05.22). Y efectivamente el intento de golpe se precipitó.

Víctima de su desesperación, Castillo fue incapaz de hacer frente a dos enemigos más peligrosos que los votos de la mayoría congresal: el destape del corrupto entramado amical-familiar que propició y el deterioro de las condiciones de vida de las mayorías. Una inflación de 9% interanual, sectores enteros con índices en descenso como la minería, la agricultura, la pesca…, las características del inexorable rumbo a la miseria están dadas. En esas circunstancias, Castillo optó por la conducta de todos sus predecesores: renovó en Washington su lealtad ante los magnates de las transnacionales: "vamos a darles tranquilidad", elogiando el "sostén de la actividad privada", mientras dirigía al Congreso una propuesta de “consenso” que solicitaba más prerrogativas represivas para la Policía y promovía la bicameralidad.

Confrontado con la repulsa popular a su evidente derechización desde un inicio, Castillo debió hacer ciertas menudas concesiones a sectores populares rurales o regionales, a fin de no enajenarse todo respaldo. Esto fue aprovechado por la burocracia sindical y política de la seudo-izquierda liberal para permanecer en un cínico castillismo, representando un serio escollo subjetivo y orgánico hacia un sector movilizado de las masas que repudia las peores fuerzas reaccionarias representadas en el Congreso, pero que no alcanzó a comprender toda la dimensión reaccionaria del Gobierno. Aquellas cúpulas tardaron quince meses en deslizar alguna crítica al Ejecutivo y aun así continuaron movilizándose en su defensa. Las pretensiones golpistas fascistoides fueron usadas como pretexto para mantener al movimiento obrero y popular condenado a la derrota permanente frente a la burguesía y sus patrones transnacionales. Luis Villanueva, Secretario General de Construcción Civil y del supuesto Partido “Comunista” Peruano, concertó con Óscar Caipo, Presidente la Confiep, mantener inmóvil la deplorable situación de los trabajadores, en la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE). La dirección de la CGTP (PC y Patria Roja) elogió a la OEA imperialista y su mascarada seudo-democrática, poniéndose a su servicio como lo hizo en tiempos de la dictadura de Fujimori. Toda esa casta pro-capitalista en el movimiento de los explotados es abanderada de la falaz “democracia participativa” y enemiga del clasismo proletario.

Bloqueos, movilizaciones y enfrentamientos ocurren en muchas regiones en este momento contra las fuerzas ultraderechistas que hegemonizan el Congreso, buscando desactivar ese órgano de la dominación capitalista hasta unas nuevas elecciones generales. Pero las elecciones en esta seudo-democracia nunca traerán la derrota política real e histórica del enemigo de clase y el pueblo trabajador no cuenta aún con un organismo que oponerle al Parlamento burgués. Ese órgano debe ser una Asamblea Popular Nacional que represente a todos los oprimidos y combata por conquistar el poder en el país. Asambleas populares, comités de lucha y autodefensa en cada distrito y provincia, son el camino para la construcción de ese poder, sin el cual no habrá presente ni futuro con justicia y libertad. Organicémonos en un partido revolucionario y luchemos por un nuevo Estado de los Trabajadores.

¡Huelga General Indefinida para conquistar un Gobierno Obrero, Campesino y Popular!

12.12.22

Revolución Permanente

 

 

 


 

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