noviembre 25, 2019

Declaración del PCO (Argentina) 15.11.19

Bolivia: El gobierno provisional de la oligarquía y el imperialismo masacra campesinos en Sacaba

¡Ni gobierno de la derecha racista ni gobierno reaccionario de Evo Morales!

¡Por un gobierno obrero y campesino independiente de los dos bandos burgueses!

Tras la renuncia al gobierno de Evo Morales-Linera y su huida al asilo político mexicano, asumió como presidente provisional Jeanine Añez, quien hizo declaraciones racistas contra los indígenas, al mismo tiempo que un oficial de policía quemaba la bandera símbolo de los pueblos indígenas la Wiphala.

La reacción espontánea y enardecida de los indígenas de El Alto contra esas manifestaciones racistas fueron el punto alrededor del cual se armó la contraofensiva del MAS (partido de Evo y Linera) para recuperar algo del poder que habían perdido en su huida en desbandada del gobierno. El odio del indígena al racismo de los caras o cambas, que esgrimen la Biblia -un símbolo de la opresión colonial- levantada en señal de triunfo por Añez desde el balcón al asumir, no hizo más que echar leña al fuego. 

Pero Evo desde su cómodo exilio político, no está pensando en derrotar a los oligarcas de la media luna fértil, porque hasta que estuvo en el poder servía a sus intereses, a costa de los territorios de los indígenas que dice defender. Como muestra basta recordar el incendio de la Chiquitania. Está pensando en negociar con ellos para no perder todos los resortes del poder y preparar una supuesta “vuelta” en 2025. Evo Morales utiliza la movilización indígena de los cocaleros del Chapare y de los aymaras de El Alto como herramienta de presión para recuperar esos espacios de poder y tener participación en la transición con un gobierno de consenso, para lo cual necesita forzar la renuncia de Añez. Los primeros resultados de esos acuerdos fueron la asunción del diputado masista Sergio Choque como presidente de la cámara de diputados y de la senadora masista Eva Copa a la presidencia del senado. Acuerdos forzados por la movilización de los pobladores de El Alto que bajaron a La Paz, pero que al mismo tiempo le sirven al nuevo gobierno que asumió el poder, porque en alguna medida legitima al actual régimen, al poner en funcionamiento la “institución parlamentaria”.  

El presidente de la cámara de diputados declaró al asumir que su objetivo es pacificar. Colocando su discurso en línea con el de su líder Evo Morales, que incluso dijo que podría retornar a Bolivia si eso contribuía a la pacificación. Sin embargo, los pobladores de El alto, que sufrieron en la ciudad de La Paz cuatro víctimas fatales por disparos de bala de la policía y los militares, se replegaron hacia su ciudad, pero para bloquear la planta petrolera de Senkata, con lo cual dejan sin abastecimiento de nafta especial, diésel y gas en garrafas la ciudad de La Paz. Paralelamente el gobierno reconoce una caída de presión en el gasoducto Carrasco-Cochabamba “por motivos aún no determinados”, que pone en riesgo la provisión de gas natural a las ciudades de Cochabamba, La Paz, Oruro. Es muy probable que esta sea una consecuencia de la acción de los campesinos cocaleros del Chapare ya que, en 2003, durante la llamada “guerra del gas”, se produjo un bloqueo similar. Los campesinos cocaleros además intensificaron sus acciones con bloqueos en distintas rutas, agregando dificultades al abastecimiento de combustible empezó a escasear en algunas ciudades. 

Durante la jornada del 15, estos campesinos fueron violentamente atacados en la zona de Sacaba (Cochabamba) por las fuerzas militares-policiales sin ningún tipo de miramientos, asesinando a 9 de ellos y dejando un tendal de heridos. Catorce muertos, lleva ya la salvaje represión contra los indígenas y campesinos que apoyan la vuelta al poder de Evo Morales y según denuncia la CIDH, en total son por lo menos 23 las personas muertas y 715 heridas.  Ahora un convoy de policías y militares fuertemente armados se dirige de La Paz hacia la planta de Senkata en El Alto, para intentar romper a sangre y fuego el bloqueo allí instalado, amparados por el decreto de Añez que le da impunidad a los efectivos policiales-militares para reprimir. 

El gobierno provisional de Añez respaldado por la oligarquía agraria y el imperialismo yanki, pero que ha recibido también el reconocimiento de Alemania, Rusia y China, quiere consolidarse en el poder a costa de la sangre indígena y campesina, por quienes siente un indisimulable odio racial.

Ante esta situación la burocracia de la COB ha publicado un “pronunciamiento “vergonzoso y deplorable. En lugar de postularse como el eje alrededor del cual se articule la lucha para derrotar al gobierno reaccionario e instaurar un gobierno obrero y campesino, estos burócratas hasta hace poco eran amanuenses de Evo Morales, ahora se inclinan ante el nuevo amo, con la excusa del respeto a “la institucionalidad”. Llaman también a pacificar, es decir a aceptar mansamente al gobierno reaccionario que, si bien es un resultado de la movilización de masas y del derrumbe de los apoyos políticos burgueses policiales y militares del gobierno del MAS, refleja el ala más de derecha de la burguesía. Esto no significa que Evo Morales fuera de izquierda, significa que ambos bandos burgueses son extremadamente reaccionarios, aunque uno tenga un relato indigenista y popular, y otro se enfunde en la bandera de la democracia y la libertad. Evo Morales también ha dejado muertos en varias de sus despliegues represivos. Pero ahora el poder de fuego de la represión lo maneja la derecha representada por Añez.

Los trabajadores y el pueblo que se movilizó para voltearlo a Evo Morales, no debe quedarse de brazos cruzados, debe abrir los ojos y ver que su movilización ha sido capitalizada para los intereses de otro sector burgués que es igualmente “vendepatria” igualmente “extractivista” igualmente depredador ambiental e igualmente “tirano” como lo fue Evo Morales. El movimiento encabezado por el comité cívico de Chuquisaca dirigido por Echalar, que se dijo independiente de Camacho y Mesa, no puede avalar la matanza que ordena el gobierno de Añez-Camacho-Mesa.

Los trabajadores de base deben voltear a los burócratas de la COB. Quizás algo de esto ya puede ser que esté ocurriendo porque, de acuerdo con su comunicado la mayor preocupación de la COB, es evitar que se genere un “paralelismo sindical” de “grupos radicales que quieren fracturar el movimiento sindical”.

La clase obrera, los campesinos y el pueblo pobre de Bolivia, no tienen nada que esperar de este gobierno provisional asesino de campesinos e indígenas, ni de unas próximas elecciones que ni siquiera es seguro que se hagan, y menos de ninguno de los dos bloques que se disputan el poder. Debieran organizarse en Congresos de delegados obreros de base, en asambleas u otros organismos de base y prepararse para enfrentar la ofensiva del gobierno burgués contra sus intereses, discutir un pliego único de reivindicaciones, un plan económico obrero y popular para concretarlas, y organizar sus autodefensas para enfrentar la represión y para luchar por imponerlo desde el poder mediante un Gobierno obrero campesino y popular que sea independiente de los dos bandos burgueses que se disputan el poder. 

Para emprender estas tareas la vanguardia de la clase obrera debe construir su partido revolucionario para tener una herramienta política y estratégica que le permita encabezar a las masas del pueblo oprimidas en la lucha por el poder y la construcción del verdadero socialismo internacionalista de Lenin y Trotsky.

15.11.19

Partido de la Causa Obrera

No hay comentarios.: